Niños sin infancia
Hace tan sólo unos años, los niños de 10-11 años jugaban en la calle a la rayuela, al fútbol, al escondite, a las canicas y muñecas...pero, ¿a qué juegan los niños de hoy día?
Es triste asomarte a la ventana y ver cómo tu barrio está vacío de niños debido a que éstos tienen intereses distintos a los nuestros en su edad, intereses que se asemejan a los de los adultos.
Los niños de ahora han pasado de ser unos críos a ser o intentar ser adultos olvidando la adolescencia en sí. Hoy día una niña de 12 años sólo piensa en cómo entrar en una discoteca de mayores o cómo hacer que niños 5 o 6 años mayores se fijen en ella. Este cambio no sólo ha ocurrido en las chicas, sino que los niños a edades bastante precoces comienzan a beber y a fumar para llamar la atención y considerarse “populares”.
Pero, no sólo se centran en actividades secundarias, según un estudio realizado en la Facultad de Ciencias Médicas, se dieron con los mayores porcentajes (antes de los 12 años) la precocidad de inicio de relaciones sexuales con un 65.12% frente al grupo de preuniversitarios con un 20%.
El problema se da en que los niños de hoy día, que aunque piensen que son bastante mayores, no son conscientes de las consecuencias que puede traer el mal uso del sexo. Ellos sólo piensan en tener cierta apariencia falsa fama. Pero, ¿dónde queda el embarazo? Y peor, ¿qué pasa con las enfermedades de transmisión sexual?
Por mucho que quieran hacer cosas de adultos, sólo son niños que juegan a aparentarlo y que no son aún capaces a pensar en las consecuencias que trae consigo estas actuaciones. El inicio sexual antes de tiempo tiene como riesgos (demás de los mencionados) la aparición de disfunciones sexuales debido a las circunstancias en que se viven las relaciones sexuales y la separación entre genitalidad y afectividad, enfrentándose la mayoría de las veces a una sexualidad incompleta.
¿Por qué ocurre todo esto?
Muchos consideran que la culpa la tiene la información excesiva que encuentran diariamente en Internet y en la televisión, información a veces cierta y otras errónea, a veces bastante completa y otras sin embargo, escasa. Otros, dan por hecho que la culpa es de los padres por el poco control que tiene sobre éstos o por no conversar libremente sobre el sexo con sus hijos. Otros simplemente culpan a la sociedad en la que vivimos actualmente.
Nosotras simplemente consideramos que lo mejor que podemos hacer es intentar darles toda la información posible para que sean conscientes (dentro de la inconsciencia en la que vive un niño) de lo que trae consigo una mala actuación en el mundo del sexo. Intentemos abrir esos ojitos lo más posible para que los niños vuelvan a ser niños y no pasar de dar sus primeros pasos a conocer los síntomas de un embarazo o una enfermedad de transmisión.
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