jueves, 2 de junio de 2011

EL AMOR COMO INSTINTO DE SUPERVIVENCIA.

Ni romántico ni culturalmente determinado. El amor es un instinto práctico. Pero su utilidad es de tal índole que de ella depende nuestra felicidad y hasta nuestra supervivencia.

Eduardo Punset nos sorprende una vez más con su libro “el viaje al amor”. Desgrana las claves para comprender el amor: el más primordial de los instintos para sobrevivir; sus canales de expresión en la belleza, la química y la imaginación; por qué tiene sexo el cerebro; las razones evolutivas de la vida en pareja; la indefensión frente a los estragos idénticos del desamparo infantil y el desamor de los adultos... El capítulo final propone la fórmula del amor y brinda, por vez primera, un cuestionario para descubrir nuestra capacidad de amar, herramienta indispensable en una vida plena y feliz.
Un libro que  nos auxiliará  a la hora de comprender, el ¿porqué de la existencia de este sentimiento , sentimiento que se apodera de nosotros sin ser consciente…. comprender esta palabra tan ambigua: “amor
En la presentación de su libro ofreció una entrevista, en la que destacaremos los puntos más relevantes.



El amor tiene una explicación evolutiva muy precisa en nada vinculada al romanticismo. Es un instinto de superviviencia en el sentido de que ningún organismo intenta vivir solo. Hace 3.500 millones de años, la primera célula necesitaba que alguien la ayudara a respirar un aire que se estaba oxigenando y, por lo tanto, convirtiendo en letal. Así que si pasaba por allí otra célula `inm une al oxígeno, le pedía que se quedara con ella.

Es lo que llama la fusión irrefrenable del otro, lo que nos lleva a que el amor es, antes que nada, práctico. Pero aclaremos una cuestión: ¿de qué amor hablamos? ¿Del amor en general, a nuestros padres, hermanos y amigos, o del amor de pareja?

La neurología moderna cuestiona estas distinciones. Los circuitos activados por el amor materno, fraternal o el amor romántico son los mismos. Es más, son los mismos circuitos para el amor que para el desamor. Lo que pasa en el cerebro del bebé al que dejan llorando en la cuna hasta que revienta es exactamente lo mismo que le pasa al adulto cuando ha perdido a su gran amor. Y lo más tremendo es que los recursos con que cuentan uno y otro son igual de insignificantes. El adulto no tiene más recursos para hacer frente al desamor que el bebé para sobrellevar el desamparo o el abandono de la madre.
El adulto puede recurrir a terceras personas para que lo alivien, puede comunicar su sufrimiento, pero en realidad no le sirve de nada, porque en el enamorado se produce una especie de obnubilación, se activan unos mecanismos que llamamos los inhibidores latentes y que le `aislan´ de cualquier consejo exterior: no ve más que el amado, no ve sus defectos. En este sentido, la situación es la misma. (...)

Dice que uno envejece cuando deja de enamorarse. Es decir que si pudiésemos estar enamorados constantemente, no envejeceríamos. Ni los radicales libres, vamos...

Exacto. Digámoslo de otro modo: una forma de envejecer es no enamorándose. Esto es un proceso paralelo al equilibro que se rompe cuando llega la muerte. No hay un gen que diga «me voy a morir tal día a tal hora». Lo que hay es un equilibrio transitorio entre agresiones a la célula –vía contaminación, estrés, etc.– y la capacidad regeneradora de esa célula. Cuando este equilibro se rompe, termina la vida. Yo sugiero que el amor, lejos de ser una agresión, alimenta la capacidad regeneradora de la célula. Ahora sabemos que el estrés causado por una desgracia, aunque sea imaginada, reduce el volumen del hipocampo, un órgano central del cerebro para la memoria y para la planificación de la vida. Esto ya se ha podido medir.

aquí dejamos algunas de las deliciosas palabras de Punset...

¿qué opinas sobre el amor? ¿qué pasaría si no exsistiera? ¿ crees que en el panorama social- político se ha perdido el amor? CUENTANOS LO QUE PIENSAS... EXPRESANOS TU AMOR...

No hay comentarios: